Mujer denunció a su papá por brutal ataque de perros a su hija: “Ella gritó, ella pidió ayuda”
Un duro momento está atravesando María Fernanda Lagos, madre de una niña de 10 años que fue víctima de un brutal ataque de perros, sufriendo más de 130 mordidas.
La mujer conversó con T13, en donde detalló que, tras permanecer días en coma inducido, la menor de edad despertó y abrió los ojos. “El mejor regalo es que mi hija está respirando”, expresó a dicha señal televisiva sobre su hija, Antonella Rementería.
En el diálogo, María Fernanda describió el momento.”Con erosión en los ojitos, con mucho dolor y llorando, abrió los ojitos. Para mí fue todo, o sea. De verdad, ahora estoy demasiado contenta, me dicen ‘¿por qué estás contenta? Tu hija está en la UCI’, pero yo estoy feliz”, comentó.
Los hechos ocurrieron el pasado 15 de diciembre en una parcela de Calera de Tango, mientras la niña estaba al cuidado de su abuelo. Cuando la madre regresó, se encontró con un crudo escenario: “Ella estaba sobre una mesa de fierro, con su cabeza abierta, estaba apoyada. Quedé en estado de shock”.
Ante esto, subieron a la menor de edad a la camioneta de su abuelo, quien entregó una versión de los hechos que luego fue desmentida por los médicos. “Dijo que todo había pasado en tres minutos, que él le había dado jugo de naranja y contestó una llamada”, relató.
Sin embargo, señaló: “El informe clínico dice que ella sufrió entre 40 minutos y una hora. Ella gritó, ella pidió ayuda”.
“Mi hija, lo único que me dijo, fue ‘no te preocupes, mamá’. La llevamos e, ingresando acá a la Clínica Indisa, me dice ‘te amo mamita’. Es lo último que me dijo, me quería morir, no lo podía creer”, recordó la mamá.
La denuncia a su padre
Ante esto, María Fernanda decidió denunciar a su padre. “Fue fuerte, pero es mi hija. Si ella no estuviera, yo tampoco estoy. De verdad que la amo demasiado”, comentó sobre la niña que fue intervenida por cuarta vez estas últimas horas.
Por su parte, Paulina Díaz, de la Fiscalía Occidente, explicó que, en caso de ser considerado culpable, el abuelo de la víctima arriesga entre 5 y 10 años de cárcel. “Estamos trabajando con OS9 de Carabineros, para efectos de trabajar esto como un delito grave, como se trabajaría un homicidio o lesiones graves”, explicó la profesional.
