Muere Brigitte Bardot a los 91 años: leyenda del cine francés y activista animalista
“Dios creó a la mujer… pero el diablo inventó a BB”, es el eslogan que marcaría la carrera de Brigitte Bardot, icono sexual en su juventud, activista animalista y seguidora de la líder de la extrema derecha Marine Le Pen en su madurez. La frase, parte de la promoción de la película que la lanzó al estrellato en 1956: “Y Dios creó a la mujer”.
Falleció a los 91 años, Bardot, la que es considerada por muchos la mujer más sensual del siglo XX, con permiso de la estadounidense Marilyn Monroe, otra célebre rubia de rotundas formas.
Actriz, cantante, símbolo de la emancipación sexual femenina, la musa francesa es un personaje omnipresente a la que la controversia siempre acompañó.
Así lo demostró desde que irrumpiera a mediados del siglo XX en ‘Y Dios creó a la mujer’, bajo la dirección del primero de sus cuatro maridos, Roger Vadim, hasta bien entrado este siglo, cuando, ya retirada del cine desde hace décadas, hizo de la causa animal su principal credo.
En sus últimos años de vida, siguió alimentando los titulares de la prensa, apoyando a la ultraderecha francesa, negándose a vacunarse contra el covid o relativizando las denuncias de acoso sexual en el mundo del cine.
Brigitte Bardot: “Je t’aime, moi non plus”
Las imágenes de la actriz bailando descalza sobre una mesa en su cinta de debut, o desnuda sobre la cama en El desprecio (1963), de Jean-Luc Godard, marcaron la retina de generaciones como algunas de las escenas cinematográficas más sensuales de todos los tiempos y la encumbraron como un mito.
Bardot nació el 28 de septiembre de 1934 en el seno de una familia parisina acomodada. No solo dejó una huella en la pantalla, sino también como cantante.
En 1967 le pidió al entonces chico malo de la canción francesa, Serge Gainsbourg —con quien mantuvo un corto pero apasionado romance— “la canción de amor más bella que pudiese imaginar”.
En una sola noche, Gainsbourg escribió la erótica Je t’aime… moi non plus (Te quiero… yo tampoco), que ambos grabaron a dúo.
Bardot estaba casada entonces con el alemán Gunter Sachs y la canción, tras una primera difusión en la radio que lo enfureció, quedó guardada hasta que se publicó en 1986. El Vaticano tachó de “obscenos” los gemidos con los que la actriz interpreta la canción.
Por ello, la versión más conocida pasó a ser la que Gainsbourg grabó con Jane Birkin en 1968. El músico, no obstante, siguió colaborando con Bardot en el álbum titulado con su apodo, BB, del que salieron temas emblemáticos como Bonnie & Clyde o Comic Strip.
La huella de Bardot también inspiró a la intelectualidad francesa. Simone de Beauvoir, una de las pioneras del movimiento feminista, dijo de la actriz que caminaba “lascivamente y un santo vendería su alma al diablo por verla bailar”, en su libro Brigitte Bardot y el síndrome Lolita (1959).
Icono de la moda y precursora de las bailarinas y los vaqueros remangados, mantuvo intacta su influencia hasta hoy, y parecerse un poco a ella todavía funciona como garantía de éxito.
Admiración por Marine Le Pen
Con casi 50 películas y 24 vinilos en su haber, Bardot lo dejó todo por la causa animal en 1973.
En 1977, las fotografías tomadas en las tierras heladas de Terranova, en Canadá, donde abrazó a un bebé foca, dieron la vuelta al mundo y ayudaron a que los gobiernos prohibieran progresivamente su caza.
En paralelo a su lucha por los animales, sus pocos comentarios públicos levantaron polvareda y le valieron cinco condenas por incitación al odio.
Su segundo marido, el actor Jacques Charrier, y su único hijo, Nicolas, la denunciaron en 1996: en una autobiografía ella calificó al primero de “violento, machista, impresentable y borracho”, y al segundo, durante su embarazo, de “tumor que se nutría de ella” y de indeseado.
En las últimas décadas, su militancia a ultranza y una colección de comentarios homófobos, xenófobos y racistas ensombrecieron, en cierta forma, su legendaria carrera en el celuloide y sus logros en defensa de los animales.
Llegó a etiquetar a la líder de la ultraderecha francesa y tres veces candidata presidencial, Marine Le Pen, como la “Juana de Arco del siglo XXI”. Durante la pandemia de covid (2020-2022), ya octogenaria avanzada, se negó a vacunarse y alegó que era “alérgica a todos los productos químicos”.
Los últimos años de Brigitte Bardot
El movimiento “Me too”, nacido en 2018 tras varias denuncias de acoso sexual contra mujeres por parte de hombres poderosos del cine, tampoco se libró de sus críticas. Para Bardot, varias de esas acusaciones resultaban “hipócritas”, porque muchas artistas “calientan a los productores para conseguir un papel”.
Tras sobrevivir a varios intentos de suicidio y abortar voluntariamente dos veces —en una de ellas estuvo al borde de la muerte—, Bardot mantuvo dos luchas animalistas muy vivas: prohibir el consumo de carne de caballo en Francia y evitar que los mataderos del país sacrifiquen a los animales sedados.
Su último combate, que data de 2025 y para el que usó a BFMTV en una entrevista —la primera en 11 años para un canal de televisión—, giró en torno a prohibir la caza de montería en Francia, que consideraba extremadamente cruel con los animales.
Retirada de la vida pública y repartida entre sus dos mansiones de Saint-Tropez (Costa Azul), su inusual vida se explica en una sola frase, según Marie-Dominique Lelièvre, una de sus biógrafas: “Bardot siempre ha sido y será una niña”.